Es relativo aclarar dónde está exactamente el error nacido del placer y la acusación de tristeza, la totalidad de la vista, la misma que es explicada por el inventor de la verdad y casi un arquitecto de la vida dichosa.
Pero también nos acusamos y odiamos justamente a los lÃderes más dignos que, debido a los placeres presentados, fueron engañados y corrompidos por los dolores y molestias que pueden ser evitadas, siendo similares en culpa a quienes abandonan el animado deleite, es decir, el trabajo y la huida del dolor.
Por otro lado, quien critica la voluptuosidad en esta eventualidad es mucho más que nada, mientras que aquel que elimina el dolor huye de aquello a lo que la felicidad no tiene comparación.
Aunque es relativo aclarar dónde está el error nacido del placer y la acusación de tristeza, la totalidad de la vista, la misma que es explicada por el inventor de la verdad y casi un arquitecto de la vida dichosa.
Pero también nos acusamos y odiamos justamente a los lÃderes más dignos que, debido a los placeres presentados, fueron engañados y corrompidos por los dolores y molestias que pueden ser evitadas, siendo similares en culpa a quienes abandonan el animado deleite, es decir, el trabajo y la huida del dolor.
Por otro lado, quien critica la voluptuosidad en esta eventualidad es mucho más que nada, mientras que aquel que elimina el dolor huye de aquello a lo que la felicidad no tiene comparación.
Experienciar el dolor de la reprochable y feliz voluptuosidad
Ocasiones en las que los deberes y asuntos oficiales se presentan a menudo, asà como las deleitables y no rechazables obligaciones y problemas. Por lo tanto, estas cosas se eligen con sabidurÃa y son rechazadas o buscadas con mayor placer, rechazando todas las penas mayores y superiores molestias.
Aunque se acusa y odia justamente a los lÃderes más dignos que, debido a los placeres presentados, fueron engañados y corrompidos por los dolores y molestias que pueden ser evitadas, siendo similares en culpa a quienes abandonan el animado deleite, es decir, el trabajo y la huida del dolor.
Las palabras no pueden expresar el dolor, ya que éste es evadido o huido, sin embargo, las grandes penas son desconocidas para quienes siguen la razón de la alegrÃa.
Lista Ordenada
- Pero también nos acusamos y odiamos justamente.
- Y, en verdad, estas cosas fáciles y distintas son explicadas.
- En la medida en que tenemos tiempo libre, cuando se nos da la oportunidad de elegir.
Lista sin Orden
- Frecuentemente nos acusamos y odiamos justamente.
- Y, en verdad, estas cosas fáciles y distintas son explicadas.
- En la medida en que tenemos tiempo libre, cuando se nos da la oportunidad de elegir.
Nadie disfruta del placer mismo porque es doloroso y se huye o se evade, pero porque aquellos que siguen sus razones no saben de los grandes dolores.
Y, sin embargo, es fácil y rápida la distinción de estas cosas. Tenemos la libertad de tiempo, cuando estamos libres de elegir, especialmente cuando nada nos impide hacer lo que más nos gusta, donde toda la felicidad es asumida, y todo dolor es rechazado.
No hay igualdad. No hay quienes evitan la culpa, son culpables de no seguir trabajando y de despreciar el alma del trabajo.
Es relativo aclarar dónde está exactamente el error nacido de placer y acusación de tristeza, la totalidad de la vista, la misma que es explicada por el inventor de la verdad y casi un arquitecto de la vida dichosa.
Nadie busca el dolor en sà mismo, sino que sigue porque en ocasiones incómodas el trabajo y el dolor desean una gran recompensa. Para obtener una mÃnima recompensa, aquel que sigue las razones evadirá el trabajo laborioso, a menos que algo se logre como consecuencia.
Pero también nos acusamos y odiamos justamente a los lÃderes más dignos que, debido a los placeres presentados, fueron engañados y corrompidos por los dolores y molestias que pueden ser evitadas, siendo similares en culpa a quienes abandonan el animado deleite, es decir, el trabajo y la huida del dolor. Quien critica la voluptuosidad en esta eventualidad es mucho más que nada, mientras que aquel que elimina el dolor huye de aquello a lo que la felicidad no tiene comparación.
Nadie busca el dolor en sà mismo, sino que sigue porque en ocasiones incómodas el trabajo y el dolor desean una gran recompensa. Para obtener una mÃnima recompensa, aquel que sigue las razones evadirá el trabajo laborioso, a menos que algo se logre como consecuencia.
En busca de hallar explicaciones, cualquier fallo natural que ocasione placer es reprendido por nosotros, alabado, toda la verdad surca la superficie, y esas mismas cosas que son diseñadas por el inventor de la verdad y que parecen un arquitecto de vidas afortunadas, son expuestas.
Pero condenamos con justicia y detestamos a aquellos que de manera honesta lideran entre los placeres de hoy en dÃa, a los que son seducidos por engaños y corrompidos por las debilidades que causan dolor y a quienes se excusan y eligen no enfrentar las molestias y deseos inmorales, simpatizan con la culpa, quienes evitan las dificultades de la mente y del cuerpo.
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Quien, por otro lado, encara a aquel que disfruta de un placer tal en particular, elige ser como nada más que un perseguidor de su dolor, de aquel que corre detrás del placer sin encontrar nada que lo detenga.
Pero condenamos con justicia y detestamos a aquellos que de manera honesta lideran entre los placeres de hoy en dÃa, a los que son seducidos por engaños y corrompidos por las debilidades que causan dolor y a quienes se excusan y eligen no enfrentar las molestias y deseos inmorales, simpatizan con la culpa, quienes evitan las dificultades de la mente y del cuerpo.
Pero condenamos con justicia y detestamos a aquellos que de manera honesta lideran entre los placeres de hoy en dÃa, a los que son seducidos por engaños y corrompidos por las debilidades que causan dolor y a quienes se excusan y eligen no enfrentar las molestias y deseos inmorales, simpatizan con la culpa, quienes evitan las dificultades de la mente y del cuerpo.
Al contrario, buscan placeres que nadie quiere admitir, ya que son un fastidio, pero una vez encontrados se abrazan como si fueran inexistentes incomodidades, un deleite que es aceptado con gusto y un dolor del que huyen.
Nadie busca la felicidad misma, porque es fácil y rápido. En los momentos libres, cuando no hay cargas, se nos da la libertad de elegir lo que más nos gusta hacer, se nos permite hacer todos los deseos y se nos anima a rechazar todo dolor.
Nada es comparable. Excepto por elegir hacer algo, nadie está libre de culpa, ya que evitan cualquier molestia, a pesar de que están ocupados en la difÃcil tarea.
En busca de hallar explicaciones, cualquier fallo natural que ocasione placer es reprendido por nosotros, alabado, toda la verdad surca la superficie, y esas mismas cosas que son diseñadas por el inventor de la verdad y que parecen un arquitecto de vidas afortunadas, son expuestas.
Nadie busca la felicidad misma, porque es fácil y rápido. En los momentos libres, cuando no hay cargas, se nos da la libertad de elegir lo que más nos gusta hacer, se nos permite hacer todos los deseos y se nos anima a rechazar todo dolor.