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    La épica historia de Vera Brandes y su legendario concierto de Keith Jarrett

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    Hace cinco décadas, Vera Brandes, una joven de 18 años, llevó a cabo un concierto del pianista de jazz Keith Jarrett en Colonia, Alemania Occidental, evento que se convirtió en un hito en la historia musical: la grabación resultante se consolidó como el álbum de jazz solo más vendido de todos los tiempos, así como el disco de piano más comercializado. Actualmente, el director Ido Fluk y los productores Sol Bondy y Fred Burle de One Two Films han creado una película titulada “Köln 75”, que dramatiza los acontecimientos previos a esta memorable presentación.

    La trama de “Köln 75” inicia con Brandes conociendo a Ronnie Scott, un reconocido músico de jazz británico y propietario de un club de jazz en Londres. Scott le sugiere a Brandes que organice algunos conciertos para él en Alemania, y de este encuentro inesperado surge su carrera como promotora musical, a pesar de tener que enfrentarse a las objeciones de su padre. Su quinto concierto representa una gran apuesta: alquila la Ópera de Colonia, con una capacidad de 1,400 asistentes, para una actuación de música improvisada de Jarrett.

    Sin embargo, el plan enfrenta dificultades. Brandes se entera de que el piano proporcionado por la ópera no es el solicitado por Jarrett y se encuentra en mal estado, con un pedal roto, lo que lleva a Jarrett a negarse a tocar. Pero Brandes está decidida a que el espectáculo se realice y se pone en la búsqueda de un afinador que prometa reparar el piano arruinado.

    ¿Que piensa Vera Brandes de esta produccion?

    Tras haber visto la película, protagonizada por Mala Emde y John Magaro, Brandes expresa:

    “Me encantó. El ritmo es impresionante. Mala lo interpreta fantásticamente. Creo que realmente lo logró. Me emocionó ver a tantas personas tan dedicadas y comprometidas a revivir este momento.”

    Recordando aquella jornada, Brandes manifiesta sus sentimientos:

    “Me sentí increíblemente aliviada de que finalmente sucediera, porque durante horas no parecía que fuera posible. Pero cuando escuché las primeras notas, supe que sería un gran concierto. Con los años, he aprendido a notar, en los primeros momentos de un recital, si será algo especial; los músicos comparten esa misma intuición: saben desde el instante en que salen, toman sus instrumentos y tocan esas primeras notas, si será una de esas noches muy, muy especiales, que no ocurren a menudo.”

    Agrega: “Esto fue único. No se puede repetir una noche así, porque la magia y la gracia de todo este esfuerzo radicaron en su simplicidad y su fuerte impacto emocional. No fue su intelecto lo que lo guió. Quiero decir, en el fondo, sabía exactamente lo que hacía. Pero su actuación fue una declaración emocional, dictada por las circunstancias muy particulares de toda esta secuencia de eventos que llevaron a que tocara después de pensar que, debido al drama del piano, no lo lograríamos. Y siempre digo: el afinador que llamó a su hijo para que reparara el piano y lo hiciera utilizable… ellos fueron los héroes de la noche, porque sin ellos, esto no habría sido posible.”

    Brandes atribuye a Gigi Campi, un arquitecto italiano y promotor de jazz con una heladería en Colonia que también funcionaba como sala de música, un papel fundamental en la construcción de una audiencia para el jazz en la ciudad. “Él era el centro de gravedad de la cultura en Colonia,” menciona. Su local se encontraba cerca de la sede de WDR, la emisora pública. “Cualquier persona involucrada en la cultura o la política pasaba por su lugar. Podías encontrar a Maria Callas y Romy Schneider paradas frente a Gigi, disfrutando de su espresso italiano, escuchando a la Kenny Clarke-Francy Boland Big Band.”

    Cómo fue su carrera

    Sobre sus primeros años como promotora musical, cuenta: “Estábamos emocionados con todo. Yo decía que sí a todo. Cada día había un concierto diferente. Estuve de gira constantemente, fue un período increíblemente intenso.”

    Al preguntarle sobre los aspectos más destacados de su carrera, resalta:

    “Ciertos grupos quedarán grabados en mi memoria para siempre. Ralph Towner y su banda Oregon fueron de los improvisadores más sofisticados con los que trabajé. También hice muchas giras con Carla Bley, que era extraordinaria; otra maga cuando se trataba de crear algo innovador. El arpista suizo Andreas Vollenweider. Sin embargo, lo más significativo para mí es Astor Piazzolla, con quien trabajé muy de cerca y era un personaje excepcional, un compositor fantástico y un intérprete impresionante.”

    Después de establecerse como promotora musical, Brandes fundó su propio sello discográfico. Posteriormente, dejó la industria de la música para volver a estudiar psicología y durante 20 años ocupó el cargo de jefa de investigación en medicina musical en la Universidad Médica de Salzburgo. Aun así, continúa involucrada en la producción musical y la organización de conciertos, según nos cuenta.

    Cuando se le pregunta sobre los músicos que más le emocionan en la actualidad, destaca al pianista alemán Matthias Kirschnereit. “Es considerado el mejor pianista de Mozart que existe, y es completamente excepcional,” expresa. “Y si Taj Mahal y su banda se presentaran, volaría al otro lado del mundo para verlos.”

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